Como ya es habitual, el Centro Aragonés organizó ayer en nuestra sede la tradicional Fiesta de Navidad en la que los niños fueron los grandes protagonistas.
Con una sede decorada para la ocasión, los niños fueron llegando junto a sus padres y abuelos. A las seis de la tarde los organizadores, a los que por cierto hay que darles un sobresaliente por todo el trabajo realizado tanto en la preparación como en el posterior desarrollo, fueron recibiendo a las familias que asistieron a la fiesta en la que los más pequeños fueron capaces de contagiar a los papas y abuelos que les acompañaron.
Juegos, villancicos, concursos, bailes y globos, contribuyeron a crear un ambiente de fiesta en el que los niños fueron los actores principales.
A medida que avanzaba la tarde todos empezaron a preguntar por Papa Noel pues aunque no estaba anunciada su presencia, era esperada por todos.
Sobre las ocho y media de la tarde unos pajes se adelantaron a anunciar la visita tan deseada por los niños.
Y así entre vítores, aplausos y la algarabía de los niños, Papa Noel junto a sus pajes cargados de regalos entraban al Centro Aragonés. La voz de Papa Noel, en un correcto finlandés de Laponia, tranquilizó a los niños pues ya adivinaban que a continuación iba a entregarles los correspondientes regalos.
Emoción, alegría y fantasía se vislumbraba en los ojos de los niños que vivieron con intensidad la entrega de regalos, algunos aupados por algunos papas y abuelos, dada su corta edad.
La reina infantil, María Escuín, junto a sus damas Adriana, María, Laura y Lledó, tuvieron un protagonismo especial y animaron al resto de niños a pasárselo bien.
Las numerosas cámaras de fotos y de vídeo inmortalizaron los momentos de ilusión y alegría de pequeños y mayores de este acto, anticipo y anuncio de las Fiestas Navideñas.
La Fiesta concluyo con una cena de alforja en la que los turrones fueron testigos del ambiente infantil, familiar y navideño que presidió la velada.
Nuestra gratitud a papa Noel y sus pajes por haber hecho un viaje tan largo para visitarnos y dejarnos junto a los regalos, alegría, ilusión y esperanza.
