VINCULOS ARAGONESES CON LA PROVINCIA DE CASTELLÓN

Como cada verano, paso parte de la temporada estival en Les Useres, pueblo de la provincia de Castellón, donde se encuentran mis raíces paternas. Les Useres, es una bonita villa de la Comarca del Alcalatén a 38 kilómetros de la capital de La Plana.

Ubicado a 400 metros sobre el nivel del mar, este núcleo rural, supone la zona de contacto con la llanura de la Plana Alta y las estribaciones del Alto Maestrazgo, siendo zona intermedia y que se nutre de los caracteres de ambos territorios. Nos encontramos ante un pueblo pintoresco y tradicional, donde las costumbres y el folklore han sabido conservarse con toda su pureza, pese a la cercanía con Castellón y su núcleo industrial.

Se preguntará  el lector porque hablo de mi pueblo y que nexo existe con Aragón. La respuesta es bien sencilla, paso a contarlo intentando no extenderme demasiado:

Hace unos pocos años, vinieron a pasar unos días a Les Useres  parte de mi familia aragonesa de Pedrola, municipio zaragozano  situado a 32 kilómetros de Zaragoza capital. Coincidía que por aquellas fechas, se celebraban en la población sus fiestas patronales, en honor al Cristo de la Agonía y al patrón del pueblo, el Salvador.

 

Estas fiestas, como la mayoría de las que se celebran en los pueblos de su entorno, se componen principalmente de las celebraciones religiosas, con sus misas y procesiones, y la parte más cívica, que tiene su principal protagonista en los festejos taurinos, y como no, las verbenas y bailes, que se realizan todas las noches de la semana festiva.

Esta estructura festiva, coincide básicamente con las celebraciones pedroleras de agosto, dedicadas a San Roque, patrón de Pedrola. Este hecho sorprendió a mi familia, que obviamente se sintió como en su casa, por las semejanzas de las costumbres y tradiciones.

Ciertamente, este tipo de estructura festiva, tan mediterránea, no es original de uno u otro pueblo, ni de una u otra provincia, ya que en muchas partes de España se repite esta organización festiva en las celebraciones patronales. Pero, por lo que nos dijeron nuestros familiares, y también, por lo que nosotros mismos hemos podido apreciar cuando hemos ido a las fiestas de Pedrola, existen muchas similitudes que van más allá de la repetición y semejanza de este tipo de festejos.

Esta claro que encierros, toros y vacas por las calles y en la plaza, reuniones gastronómicas con las peñas y amigos, bailes (uno de los bailes tradicionales useranos más reconocidos es su jota), misas y procesiones, son actos comunes a estos tipos de festejos, pero las coincidencias eran tan abundantes en las mismas formas de su desarrollo, que si no fuese por la diferencia idiomática, cerrando los ojos, bien pudiera pensarse que uno se hallaba indistintamente en un lugar u otro.

Todo esto, junto con bastantes coincidencias de vocabulario y santoral, me dieron que pensar e indagué en los orígenes de la villa de Les Useres. Fue en este momento cuando comencé a entender el por qué de tantas coincidencias, sobre todo, culturales.

Al hablar de la historia de Les Useres, casi todos los eruditos coinciden en señalar que se trata de una población de nueva edificación, es decir, erigida durante la reconquista. En concreto, todas las tierras de la comarca del Alcalatén hasta ese momento, venían siendo habitadas por núcleos musulmanes, cuyo centro neurálgico y de poder se encontraba en el castillo de Alcalatén en Alcora, perteneciente en el momento de la conquista, al rey moro de Valencia, Zeid Abuzeid.

Ciertamente, en el término de Les Useres, aunque no está claro si en el lugar donde se ubica la actual población hubiese un poblado o un castillo, si que existían núcleos poblacionales, es decir alquerías o masías autosuficientes habitadas por población sarracena.

Remontándonos en el tiempo, el 24 de abril del año 1238 el rey Zayyan de Valencia rendía la ciudad a las tropas de Jaume I. Dada la importancia estratégica y política de la ciudad de Valencia, el Rey Conquistador, erigió nuevas villas (por ejemplo Villarreal) para el mejor control de la nueva plaza. Este hecho motivó, la repoblación con colonos, de los puntos neurálgicos por su posicionamiento estratégico o económico. Los nuevos pobladores, cristianos viejos, fueron traídos principalmente, de las tierras aragonesas o leridanas del rey lo pus bell hom del món.


El monarca aragonés, con una visión inteligente, dándose cuenta del carácter trabajador de la población musulmana, permitió su permanencia a cambio de su sumisión y del pago de unos impuestos bastante elevados, por no decir casi leoninos. Por este motivo, en los primeros tiempos, se respetaron costumbres, lengua e incluso la religión y sus propias leyes que aplicaban  autoridades islámicas con el consentimiento y anuencia del rey.

Pero la población musulmana fue erradicada a los terrenos más rurales, y más abruptos, asentándose los nuevos colonos cristianos en las urbes o los núcleos urbanos más importantes. Este hecho propició que el interior de la provincia de Castellón, mantuviese hasta la expulsión definitiva por el rey Felipe III (s. XVII), una comunidad morisca muy importante.

Echando un vistazo al paisaje de la comarca del Alcalatén, la huella imperturbable de estos pobladores, permanece impertérrita en forma de bancales construidos con piedra seca, canalizaciones y cequias para el mejor aprovechamiento de fuentes y manantiales, norias, molinos, y todo tipo de mejoras agrícolas, pues eran expertos en técnicas para extraer el agua. En su momento, la buena explotación de estos terrenos (muchos de ellos en la actualidad baldíos) favoreció un incremento muy importante de la producción agrícola y ganadera, especializándose esta zona, en los cultivos de secano como la viña, cereales, algarrobas, la aceituna y almendra, fundamentalmente.

Este año 2009, se cumple el cuarto centenario de la expulsión definitiva de la comunidad morisca de los territorios de España. Especialmente dolorosa, fue la expulsión de los moriscos valencianos, muchos de ellos cristianos nuevos que habían asimilado y absorbido la nueva cultura exigida por los vencedores, pero que no pudieron hacer desaparecer sus orígenes musulmanes. Gran cantidad de ellos fueron exterminados por la codicia y avaricia de soldados y vecinos cristianos, pero también, para aquellos que fueron deportados a África, por el asesinato y exterminio llevado a cabo por sus propios congéneres islámicos en los puertos de Berberia.

Esta locura con tintes xenofóbicos, propició el abandono de muchos terrenos cultivables en la zona del interior de Castellón, sobre todo aquellas tierras de orografía complicada, que con mimo y dedicación, habían sido trabajadas y se había arrancado sus provechosos frutos, por estos abnegados pobladores.

Pero como señalaba anteriormente, el rey conquistador se dio cuenta de la importancia económica de esta comunidad y con su visión estratégica e inteligente, prefirió el pacto con los vencidos, acordando condiciones de rendición más benignas para éstos. El monarca, además de ser un experto estratega militar era un hombre de estado con una gran perspectiva de futuro y antepuso la convivencia y la pacificación de los ciudadanos sometidos, en aras a la consolidación de sus reinos y el mejor aprovechamiento de sus nuevos territorios.

La conquista de territorios tan extensos, requería campañas repoblacionales con colonos cristianos aragoneses y leridanos que se afincaban, principalmente, en los núcleos urbanos, propiciando el establecimiento de nuevas poblaciones, como sería el caso de Les Useres. De esta manera, los moriscos fueron erradicados progresivamente hacía las zonas más rurales y abruptas, por lo que se amplió el espacio agrario, aprovechando zonas de orografía complicada. Este hecho comportó, a su vez, la fundación de nuevos asentamientos musulmanes, que impulsaron el avance de las zonas cultivables y la expansión del regadío. Concretamente, en Les Useres, esto se hace evidente con los topónimos de algunas partidas o masías como la de Les Mesquites.

El Rey Jaume I, nació en 1208 en la ciudad de Montpellier (en la Provenza), fue educado y criado por los caballeros templarios de Monzón, Huesca. En concreto, el Papa Inocencio III, dispuso que quedase bajo la protección del Maestro del Temple en Cataluña y Aragón, Guillem de Mont-rodón y desde los nueve años vivió en este castillo hasta el momento en que ya preparado comenzó sus incursiones militares, tras la revuelta de los Barones. Por este motivo, su relación con la nobleza Aragonesa fue muy estrecha.

Aunque a lo largo de los años, tuvo muchos enfrentamientos con los nobles aragoneses, (como en 1233, cuando fue retenido y hecho prisionero junto a la Reina Violante en la ciudad de Zaragoza), tuvo que apoyarse constantemente en ellos. Tras llegar a un acuerdo con estos nobles, en 1225, el joven rey Jaume I, emprendió su primera iniciativa fuera de sus fronteras, empujado por la fragmentación y debilidad de la sociedad musulmana del sur y por la necesidad de dar una orientación y nexo de unión al potencial bélico de sus barones. Por estos motivos, el joven monarca decidió atacar el castillo de Peñíscola, y a partir de aquel momento comenzó la invasión de tierras sarracenas que concluyó con la conquista del reino de Valencia.

Volviendo a nuestra villa protagonista, Les Useres, encontramos que la conquista o más bien, su ocupación pacífica la realizó el noble aragonés Don Ximén de Urrea. Barón de aristocrática familia descendiente del ducado de Baviera. Les Useres y las tierras de la comarca del Alcalaten, se las concedió el monarca Jaume I como gratitud por los servicios prestados por el noble en las campañas de Mallorca, Peñíscola y Burriana. Don Ximen dispuso en 1235 un asentamiento en dichas tierras compuesto por soldados aragoneses, que al principio compondrían una guarnición militar, y que seguramente serían los primeros constructores de la antigua iglesia del pueblo. Todo ello debió hacerse el 6 de agosto, por lo que la titularidad del templo corresponde a la transfiguración del Señor, y por lo que todavía se mantienen las celebraciones patronales en esas fechas (la primera semana de agosto).

La repoblación de la villa de Les Useres con colonos cristianos tuvo lugar en el periodo comprendido entre los años 1233 al 1254. Hay constancia de que los primeros pobladores cristianos fueron aragoneses, entre ellos figura en documentación encontrada un tal Juan Valero de Les Useres, que asistió a la conquista de Valencia y que posteriormente adquirió título de nobleza y pasó a Mallorca.

Muchos más pobladores aragoneses impulsados por los orígenes del señor de estas tierras, fueron colonizando la villa y alrededores, y como ejemplo han quedado muchas costumbres y expresiones que han permanecido inmutables pese al paso del tiempo. Esto se hace más evidente, a la hora de utilizar expresiones agrarias, en los instrumentos del campo, donde existen muchas palabras cuya coincidencia es total (pese a su enunciación en idiomas diferentes). También la repetición de topónimos para designar fuentes, montes o partidas, o la coincidencia con muchos apellidos de sus moradores con pueblos de Aragón o apellidos aragoneses son muestra de estos orígenes.

Muchos personajes de ascendencia o vinculación aragonesa han estado relacionados con Les Useres de manera directa o indirecta. Especial mención merece la influencia del décimo conde de Aranda, Don Pedro Pablo Abarca de Bolea Ximénez de Urrea, quien entre sus muchos títulos nobiliarios ostentó el título de décimo Conde de Aranda. Don Pedro Pablo fue capitán general de los reales ejércitos, presidente del Supremo y Real Consejo de Castilla y primer Secretario de Estado de Carlos III y Carlos IV. El X Conde de Aranda, impulsó el sector cerámico en la comarca del Alcalatén fundando la Real Fábrica de la muy noble y artística cerámica de Alcora. A su vez, introdujo la ilustración en estos territorios, y su huella permanece en Les Useres, como por ejemplo, con la construcción y canalización de la Fuente dels Llavadors y la Font de Més Amunt.

Pero además, este ilustre personaje vinculó si más cabe su descendencia con Aragón. Este hecho se fundamenta en su matrimonio con Doña Ana María de Silva Fernández de Hijar, vinculando Les Useres con esta casa Ducal. Por este motivo, legajos y documentos de Les Useres, se encuentran en el palacio solariego de los descendientes de los Hijar, los duques de Vistahermosa. Y este palacio se encuentra ni más ni menos que en la villa de Pedrola, en Zaragoza.

Recapitulando en esta pequeña tormenta de ideas inspirada en unas peculiares coincidencias entre dos pueblos de comunidades autónomas distintas, llego a la conclusión siguiente: En ambas villas el paso del tiempo ha sido más benévolo (que en urbes más grandes) con la conservación de su patrimonio cultural. Y sorprendentemente, esto nos demuestra la íntima conexión con un pasado común que aunque distante en el tiempo afluye estos nexos de unión que siguen manteniéndose vivos y que han sido avivados por nuevas afluencias de ciudadanos aragoneses que han seguido llegando a nuestra provincia para establecerse. Y es que esta claro, con todas estas concomitancias, ¡uno se encuentra como en casa!.

Estela Bernad

Doctora en Publicidad.Licenciada en Derecho.
Profesora del Área de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universitat Jaume I de Castellón.